A...
Las enramadas donde veo
en sueños, las más variadas
aves cantoras, son labios y son
tus musicales palabras susurradas.
Tus ojos, entronizados en el cielo,
caen al fin desesperadamente
¡oh Dios!, en mi funérea mente
como luz de estrellas sobre un velo.
Oh, tu corazón... suspiro al despertar
y duermo para soñar hasta que raya el día
en la verdad que el oro jamás podrá comprar
y en las bagatelas que sí podría.
Original: Edgar Allan Poe.
Traducido por: Andrés Ehrenhaus.
qe onda compa
ResponderEliminarcomo tas
Muy Bien gracias, hermano, y a vos como te va?
ResponderEliminarespero que te guste el blog :)