miércoles, 13 de abril de 2011

Bienaventurados y desdichados - Humberto Escobar Sayes



Bienaventurados y desdichados

La felicidad aparente que en esta tierra has tenido,
alimentándola con el sufrimiento de los desdichados,
no te dará un pase a la verdadera vida;
Porque muchos han sido tan aparentes, vanos, y discriminatorios,
(sus juicios, les dará suma para el lago de fuego).

El dinero en cantidades enormes, que has acumulado debajo del colchón,
ese mismo que le has negado a los hambrientos,
esas monedas y billetes, te ayudarán a pagar tu estadía en el infierno,
(Porque nadie que se merezca estar en el cielo, debe ser tan egoísta).

Bienaventurados aquellos que han sufrido,
porque su tristeza, se agotará con la felicidad del otro mundo;
(Llorarán pero de felicidad).

Bienaventurados aquellos que comieron poco,
y que compartieron su poco alimento con aquellos que un día los humillaron.
(En el cielo, habrá banquete).

Escúchame tu,
quien se burló de los no tan agraciados, y los despreció;
Tu que construías tu cuerpo, pero tu alma cada día estuvo cada vez mas horrible;
Tu rostro hermoso será desfigurado, con la lava del Hades,
(y tomará la forma de tu horrible alma).

No creas que esta tierra es eterna;
ni que tus finos vestidos, te llevarás a la otra vida;
(Mírate al espejo sin ropas, sin maquillajes, no eres tan hermosa como aparentas ser).

Tu temporal belleza, día a día se está deteriorando,
el castigo en “tu maravillosa tierra”, también tendrás,
verás pudrirse centímetro a centímetro tu cuerpo,
y las arrugas cada día aumentarán.

Tu que has criticado mis palabras,
seguramente, es porque eres un desdichado, que se cree bienaventurado,
(También te espera ya, el Príncipe de las tinieblas)...

Tu, quien te dices ser seguidor del bien,
y quieres aplicar el ojo por ojo;
Tu conciencia está llena de odio, y jamás te dejará en paz,
ese es el objetivo del demonio, para trastornar tu conciencia,
(Con mas odio no se genera paz, esa es la idea de la falsa religión).

Bienaventurados los que han aceptado sus errores, y quieran cambiar,
los que aman sin esperar nada a cambio, los que no fueron correspondidos,
los que sienten ternura al ver a un niño sonreír,
los que sufren y lloran al escuchar las tragedias mundiales.

Bienaventurados también,
los que se aman a si mismos con sus defectos,
los que lloraron al ver a sus amigos partir,
los que le dieron la mano, al que parecía perdido;
los que le dieron palabras de aliento a los derrotaros,
los que hicieron sonreír a los deprimidos,
a ti, que amaste, aunque te traicionaron,
en el cielo estará su lugar...


Escrito Por Humberto Escobar Sayes…

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